Dirigente del pueblo



Se trata de Kim Jong Un, Dirigente de la República Popular Democrática de Corea, objeto del exuberante amor y veneración del pueblo, que conmueven a la sociedad internacional.
Pues bien, ¿qué es la razón por la que él que recién apareció oficialmente en el círculo político, disfruta de tal efervescente amor y veneración?
He aquí las respuestas.
Kim Jong Un les prodiga profuso cariño a las gentes.
En su encuentro con los militares y otros sectores del pueblo, ora los abraza afectuosamente, ora les aplaude, ora camina junto con ellos tirándolos amablemente de la mano, ora les susurra algo en sus oídos; en su entrevista con los niños les da amables palmadas en sus mejillas o acepta sin cumplido sus peticiones; se confunde libremente con los ordinarios militares y otros sectores del pueblo y se retrata de brazo junto con ellos; en las unidades militares donde está de visita, leyendo en el alma de los militares que no se quieren despedir de él, se fotografía junto con cada uno de ellos.
Acaeció cuando Kim Jong Un realizaba la visita a una unidad de defensa de la isla. Tras de recorrer el cuartel, el comedor y los puestos de los militares, las viviendas de los familiares, la escuela, el jardín de la infancia, etc., y retratarse junto con ellos, se dirigió rumbo a la costa para abandonar el lugar. Los militares y sus familiares, derramando lágrimas y dando vivas, lo siguieron. No queriendo despedirse de él, entraron en el mar, sin hacer caso del frío del agua.
Al verlos Kim Jong Un se bajó del barco y les dijo que salieran pronto o no partiría. Y sugirió reiteradamente a los comandantes que les ordenaran que salieran. Solo después de verlos salir, volvió a subir a bordo.
Su cariño que cifra en los militares y otros sectores del pueblo conmueve a cualquier espectador.
Es inconcebible al margen de su firme punto de vista del pueblo.
El considera a este como el ser más valioso en el mundo. Tiene máxima de que para el pueblo existen tanto los cuadros como el dirigente.
Amar al pueblo es el punto de partida de todo su pensar y actuar, el principio y la meta supremos de la política que él practica.
En los documentos que le elevaron los funcionarios dejó escrito de su puño y letra “¡Sirvamos al pueblo!” y viendo nuevas construcciones, bien preguntó si les agradaban a las gentes, bien les recordó a los funcionarios que lo primordial era asegurarles convenientes, que no debían escatimar nada para el pueblo, bien los convocó a hacer impecable lo que se proponían para el pueblo, dándoles a conocer más profundamente que eran servidores a este. En las unidades militares donde estuvo de visita, tocó el suelo del cuartel para tantear la temperatura y hasta probó el sabor de los alimentos básicos que los militares toman; en las fábricas, las empresas, los jardines de la infancia y las viviendas, se interesó por los pormenores de la vida de los trabajadores y niños.
Kim Jong Un siempre sugiere a los funcionarios priorizar y absolutizar el interés del pueblo y para este correr y correr hasta desgastarse la suela del calzado. Esto es también algo que se propone hacer, cuya patente prueba es su dirección sobre la construcción del Complejo de Servicios Acuáticos de Munsu de Pyongyang inaugurado en octubre pasado. Solo en septiembre tres veces estuvo en la obra de construcción para hacerlo de talla mundial. También unos días antes de la inauguración, un domingo, se personó en la obra de construcción y recorrió varios lugares impartiendo instrucciones concretas. Imaginándose de los usuarios que se divertirían, se mostró muy contento.
El se abniega para el pueblo, gracias a lo cual Corea logra grandes éxitos en la mejora de la vida poblacional: en el sector de la agricultura se abre espléndida perspectiva para resolver decisivamente el problema de la comida, el alimentario; en el de la industria ligera se producen en masa varios géneros alimentarios y otros de popularidad; en las ciudades y aldeas rurales se construyeron o construyen muchas viviendas modernas como el Reparto Chanjon, el de los Científicos Unha, los apartamentos de los pedagogos de la Universidad Kim Il Sung y de los deportistas en la ciudad de Pyongyang; y se prepararon locales de descanso cultural como el Área de Recreo del Pueblo de Rungna, el Centro Gimnástico del Reparto Thong-il, el Complejo de Servicios de Higiene de Ryugyong, el Centro de Patinaje al Aire Libre del Pueblo, el Compejo de Servicios Acuáticos de Munsu, el Club de Equitación de Mirim y la Pista de Esquí del Monte Masik.
Es demasiado natural que las personas amen exhaustivamente a Kim Jong Un, se confían absolutamente en él y lo siguen.

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