Padre del pueblo


Kim Il Sung (1912-1994), fundador y Presidente de la República Popular Democrática de Corea, fue calificado de generoso padre por los ciudadanos.

De veras, antes de ser Líder del país, fue gran padre que se responsabilizaba de la vida del pueblo y su destino.
Cuidar del pueblo es mi imprescindible deber, dijo cierta vez durante su existencia, las personas me aconsejan reposar, pero no puedo hacerlo. Servir al pueblo es muy difícil, pero la mayor felicidad. Hacerlo es mi orgullo y placer sin igual.
En las fábricas donde estaba de visita, antes de conocer de la producción, se enteró de los comedores de los obreros internados en los albergues y en las áreas rurales destapó hasta graneros y aparadores en los hogares de los granjeros para saber los pormenores de la vida.
Es gracias a él, poseedor del efervescente amor al pueblo, que en Corea ya hace decenas de años se implantaron la asistencia médica y enseñanza generales, todas gratuitas, y fomentar el bienestar del pueblo fue definido como principio supremo del Partido gubernamental y el Estado.
Kim Il Sung, con miras a asegurarle la vida feliz al pueblo, realizó ininterrumpida visita de orientación.
No le importaron el mal tiempo que hiciera, la peligrosidad del camino por donde ir y la mala condición del lugar que recorrer. Se interesó únicamente por un problema: ¿cómo podría hacer que el pueblo llevara una vida mejor?
Acaeció cuando él iba a una región norteña del país. El carro que avanzaba difícilmente por un camino fangoso, terminó por pararse. Kim Il Sung se bajó de la máquina y la empujó junto con sus acompañantes. Lo continuó no haciendo caso de que los lodos salpicados de las ruedas manchaban su cara y ropa, escena de la que el pueblo coreano no se olvida aún.
Realmente en Corea no hay lugar, sea recóndito sea insular, donde no están caladas sus huellas y no atendido por él.
Para Kim Il Sung los ciudadanos eran queridos hijos e hijas, para quienes trabajó sin distinción de la hora de comida y de sueño, el domingo, la fiesta y hasta su aniversario.
Cierta vez un funcionario le rogó que no viera documentos a la hora de comida, y él dijo que debía ganar tiempo y trabajar mucho para que el país prosperara y el pueblo llevara una vida feliz, siguiendo lo que hacía.
También en los últimos días de su vida en 1994 recorrió parcelas de varias granjas cooperativas, consagró todo lo suyo para el fomento del bienestar del pueblo.
De las imágenes de Kim Il Sung como padre del pueblo que evocamos, la particularmente impresionante es la que estaba entre los niños.
Él, poseedor del mejor criterio sobre las posteridades caracterizado por ensalzar a los niños como al rey del país y no escatimar nada para ellos, gustó más que nada pasar tiempo junto con los mismos.
Cierto año, después de hacer suministrarle a todos los niños y escolares del país la ropa, la gorra, el lazo, los calcetines, los calzados y otras cosas por el estilo en serie, para ver a los puestos de nuevo uniforme, fue a una escuela secundaria en la localidad. En mi vida hoy se siento más alegre. De veras, por primera vez me siento regocijado como ahora, dijo más de una vez y les sacó fotos a los alumnos, pasando largo tiempo.
Y, ¿por qué los niños se vacilarán en calificarlo de “padre” y seguirlo?
A principios de la década de 1970 el periódico japonés Yomiuri Simbun insertó artículos escritos por el renombre literato Takaki Takeo: “En el mundo Corea es el único país donde todos los niños del país llaman ‘padre’ al jefe de Estado”, “Corea es el Reino de los niños, lo cual refleja la política estatal”. Se trata de lo que él que estaba de visita en Corea, presenció en la celebración del Año Nuevo a la que fue invitado y donde se encontró con Kim Il Sung, quien se confundió con los niños.
El doctor Ángel Castro, expresidente del Frente de Liberación Nacional de Perú, que se vio con Kim Il Sung, en sus memorias escribió: “En mi primera visita a Corea no comprendí plenamente a los coreanos que llamaban padre a su Dirigente, su Líder. Pero hoy también yo lo llamo sin ningún titubeo y reparo Líder paternal. Me reflexioné y medité mucho, pero no pude menos de llamarlo así”, lo cual no es casual.
La afectuosa imagen de Kim Il Sung como padre del pueblo la guardarán eternamente los pueblos progresistas en su mente.

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