ACNC publica información de condena a la campaña anti-RPDC de EE.UU. en materia de DDHH


Pyongyang, 26 de marzo (ACNC) -- Quedó publicada el día 25 la información de la ACNC en relación con que últimamente, llega al extremo la campaña anti-República Popular Democrática de Corea que lanza Estados Unidos pretextando el problema de derechos humanos.
El texto de la información sigue:
En la 25ª reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que sesiona ahora en Ginebra, el llamado "comité de investigación de DDHH de Corea", acaudillado por EE.UU., publicó el "informe de DDHH de Corea" que acusa absurda e histéricamente a la RPDC.
El hecho significa la declaración de guerra de cuño moderno, siendo nuevo modo de agresión para la implementación de la política hostil anti-RPDC de EE.UU.
En la actualidad, la "protección de DDHH", que reclama tanto el imperio, deviene el nuevo cartel de guerra.
Desde el principio del nuevo siglo hasta la fecha, no se puede encontrar la paz ni la estabilidad en ninguna parte del planeta debido a los desafíos de "DDHH" causados por los imperialistas, entre otros, los "atentados terroristas del 11 de septiembre", la "revolución de colores" y la "primavera árabe", denominada como "revolución por la democratización" en el Medio Oriente.
Ahora los imperialistas perturban el orden mundial so pretextos de "DDHH" y "democracia".
EE.UU., que había ganado intereses absolutos en las guerras del siglo 20, instiga otra vez a los sediciosos antojados del poder a los conflictos tribales y a la rebelión en los países y regiones donde tiene intereses estatales.
Autoproclamado como "juez de DDHH del mundo", EE.UU. se atreve a evaluar anualmente la situación de DDHH del mundo.
En el "informe de DDHH de los países" publicado recientemente, criticó a sus caprichos la situación de DDHH de cerca de 200 países y regiones.
Siendo peor violador de DDHH, comete abiertamente los actos de violación de derechos estatales y derrocamiento del poder contra los Estados soberanos preconizando hipócritamente la "teoría de primacía de DDHH".
La "sustitución del poder" de otros países a favor de las fuerzas proyanquis ha sido durante más de cien años el rumbo principal de la política exterior de EE.UU.
El imperio desembolsa cada año mil millones de US$ en los complots para el derrocamiento de los gobiernos de otros países.
Las garras de intervención en asuntos internos de otros países, que extienden los imperialistas bajo el pretexto de la "protección de DDHH", llegan a todos los dominios de la política estatal y la vida social.
Actualmente, la flecha principal de la ofensiva de "DDHH" de EE.UU. se dirige hacia la RPDC.
Tomando el problema nuclear y el de "DDHH" como pilares gemelos de la política de aplastamiento anti-RPDC, EE.UU. hace todo lo posible para "cambiar a toda costa el régimen de la RPDC".
Hoy día, crece considerablemente el poderío general de la RPDC que avanza dinámicamente hacia la victoria final de la revolución del Juche basándose en la gran ideología, la capacidad militar invencible y la unidad monolítica.
Atemorizadas de ello, las fuerzas hostiles se dedican a la campaña de DDHH anti-RPDC orientada a derrocar nuestro régimen, suprimir nuestra historia y tradición y usurpar nuestros patrimonios de victoria.
El Departamento de Defensa de EE.UU. trazó "5 versiones" del plan de ataque anti-RPDC y la cuarta de ellas es "OPLAN 5030" consistente en producir la "revolución de colores" de versión del Nordeste Asiático mediante la "guerra psicológica".
Este plan tiene como su objetivo crear pavor en el interior de la RPDC y confundir la idea para doblegar la convicción y voluntad del ejército y pueblo coreanos.
Bajo el pretexto del "problema de DDHH", EE.UU. legisló como política estatal el aislamiento y el aplastamiento anti-RPDC y toma en todos los planos las medidas prácticas para su ejecución.
Fabricó la "ley de DDHH del Norte de Corea" e invierte enormes presupuestos estatales para su puesta en vigor.
Bajo el rótulo de "mejora de la situación de DDHH del Norte de Corea", paga anualmente decenas de millones de US$, extraídas del presupuesto gubernamental, a las entidades e individuos que participan en las actividades anti-RPDC.
Hablando de la "libertad de Network" en nuestro país, EE.UU. intenta inyectarnos la concepción de valor político y el ideal al estilo norteamericano.
Para defender la idea y la cultura sanas de nuestra nación, la RPDC bloquea la infiltración de las publicaciones de pornografía y otros contenidos malsanos que deforman al hombre en lo espiritual y en lo físico. Pero EE.UU. lo cuestiona obstinadamente pretextando los "DDHH", lo cual parte de su verdadera intención de instigar a los elementos malsanos.
La locura histérica de EE.UU. llegó a tal grado que habla como si contravinieran a la "norma de DDHH" la medida revolucionaria de la RPDC de liquidar a los fraccionalistas de cuño moderno, que violaron flagrantemente los DDHH del pueblo coreano, la construcción de las instalaciones deportivas para las masas trabajadoras como obreros y campesinos y la oleada deportiva que se hace ya cotidiana entre los habitantes.
Hace poco, la CIA ordenó librar las "actividades de espía de carácter ofensivo" pretextando el "problema de DDHH" de la RPDC.
No hay garantía de que ese país gangsteril que no aprecia ninguna ley internacional, no desencadene la guerra de agresión contra la RPDC en cualquier momento en virtud de la llamada "ley de DDHH".
El poder estatal deviene la vida de la nación.
La ofensiva de "DDHH" no se saldrá con la suya en la RPDC.
Nuestro pueblo experimentó no en lo teórico sino en la práctica el hecho de que los derechos humanos no garantizados por la soberanía estatal no son nada más que un sofisma.
El dominio militar del imperialismo japonés de más de 40 años, la división territorial por parte de las fuerzas extranjeras, y las sanciones y bloqueo de cerca de 70 años dejaron a nuestro pueblo la lección de que las gentes privadas de su patria son peores que un perro de una familia en duelo.
Al ver la realidad rigurosa donde reina la ley de selva, el pueblo coreano experimentó la verdad de que DDHH son precisamente el poder estatal y éste se garantiza por el fuerte disuasivo.
El lugar donde se intercambian y se chocan los intereses de las potencias es precisamente el Nordeste Asiático en torno a la Península Coreana.
Si nuestro país hubiera tenido el poder estatal débil y no hubiera defendido la soberanía, ya no se habría limitado al estado de la "revolución de colores" o la crisis del Medio Oriente y nuestro pueblo no habría evitado el destino catastrófico del esclavo contemporáneo del siglo 21.
El socialismo de la RPDC centrado en las masas populares nació en medio de la gran lucha práctica del partido y pueblo y existe y se desarrolla conforme a las condiciones del país y por la opción y demanda de las propias masas trabajadoras.
La esencia de DDHH de la RPDC está en dar prioridad a las masas populares, basándose en la dictadura popular y democrática, y proteger al pueblo y asegurar el derecho a la vida desde la agresión e intervención de las fuerzas extranjeras.
Nuestra justa ley de DDHH estipula afilar la bayoneta de la dictadura popular y democrática para dar castigo duro a los violentos delincuentes y los que violen los DDHH de las masas trabajadoras o hacen escondidos las cosas malignas acechando la oportunidad.
Soñar con cambiar el sistema político y económico de la RPDC según la norma de EE.UU. resulta una ilusión vana.
Ahora todos los militares y civiles coreanos defienden más firmemente el precioso poder estatal con el poderío espiritual y la inagotable fuerza.
Nunca podemos sustituir por nada la soberanía y el poder estatal de la RPDC que se garantizan con firmeza por la gran idea, el gran régimen y el gran pueblo.
Deben ver y conocer correctamente a la RPDC si quieren.
Los elaboradores de la política de EE.UU. deben tener presente que el desafío a la RPDC en el tema de DDHH será una acción autodestructiva igual a instalar una bomba de reloj en el lugar céntrico de Washington.
Hoy en día, tener el juicio sereno sobre la realidad y tomar la decisión política conveniente al corriente de la época serán una opción favorable al interés estatal de EE.UU.
Las tentativas de complot de DDHH anti-RPDC de EE.UU. nunca serán toleradas ni evitarán el fracaso.


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