El 27 de julio, día de la victoria en Corea




La victoria del pueblo coreano en la pasada guerra coreana (25 de junio de 1950-27 de julio de 1953) es de trascendencia extraordinaria en la historia de la República Popular Democrática de Corea.

Día de gran victoria

Cuando estalló la guerra obligada por Norteamérica a la República Popular Democrática de Corea que llevaba menos de dos años de fundada, no había nadie que creía que ésta saldría victoriosa en el conflicto.
Norteamérica, que, según decían, no perdió ni una de más de 110 contiendas y se jactaba de su “supremacía” en el mundo, movilizó en la guerra coreana un tercio de su fuerza terrestre, un quinto de su aérea y la mayoría de su Flota del Pacífico, así como los efectivos de los 15 países seguidores, y de Corea del Sur y hasta los restantes Del viejo ejército japonés e invirtió como gastos militares 165 mil millones de dólares en la unidad monetaria de aquel tiempo.
Con todo, la guerra coreana se quedó inscrita en la historia como la primer de Norteamérica que había perdido.
Durante la guerra de 3 años, tres “comandantes de las tropas de la ONU” que eran generales norteamericanos fueron sustituidos y las llamadas “divisiones invencibles” se exterminaron trágicamente.
En la guerra EE.UU. perdió más de 1 567 120 efectivos incluidos más de 405 490 suyos, más de 12 220 aviones, más de 560 buques de diversos tipos, más de 3 250 tanques y carros blindados, más de 13 350 camiones, más de 7 690 cañones, más de 925 150 fusiles y colosal cantidad de equipos técnicos de combate y materiales bélicos, o sea, casi 2,3 veces más que la en la guerra del Pacífico de 4 años, viéndose obligado a rubricar el acuerdo de armisticio.
El día 27 de julio de 1953, a las 9 de la noche, el cielo de Pyongyang, capital de Corea, se tachonó de fuegos artificiales y el día siguiente se efectuó un solemne acto de concentración de masas, para festejar la victoria en la guerra. Por contrario, en los Estados Unidos sonaron quejas de la derrota.
A 59 minutos de firmado el acuerdo de armisticio, el entonces presidente norteamericano Eisenhower hizo discurso radial en el que dijo: “Esto me da drástica amargura”; Clark, “comandante de las tropas de la ONU” expresó: “Soy primer comandante norteamericano deshonrado que firmé un acuerdo de armisticio en la historia sin lograr la victoria”; y Marshall, secretario de Estado confesó: “Se quedó roto el mito. Nuestro país no fue tan poderoso como creían otros”.
El 27 de julio se quedó inscrito para el pueblo coreano como el día de gran victoria en que rompió el mito de la “supremacía” de Norteamérica y salvaguardó la libertad y la independencia de su país.
El pueblo coreano frustró la intentona de Norteamérica de apoderarse del mundo utilizando la Península Coreana como trampolín y defendió también la paz y la seguridad del mundo.

Día de eterna victoria

Después del cese al fuego también siguió el enfrentamiento coreano- norteamericano. Más de medio siglo la Península Coreana es el mayor foco del peligro de guerra en el planeta.
Las sucesivas provocaciones de los Estados Unidos como los casos del barco de espionaje armado “Pueblo”(enero de 1968), del avión de espionaje de gran envergadura “EC-121” (abril de 1969) y del Panmunjom (agosto de 1976), el “primer crisis nuclear en la Península Coreana” (1993-1994) y la otra crisis nuclear acaecida em el nuevo siglo.
Todos que llamaron la atención del mundo, y su política hostil contra Corea agravaron tanto la situación en la Península Coreana en que estallara una guerra. Pero todos esos terminaron con la derrota de Norteamérica, en otra palabra, con la victoria del pueblo coreano.
También el año pasado el mundo fue testigo de la victoria del pueblo coreano en la confrontación con las fuerzas imperialistas encabezadas por Norteamérica. Em marzo cuando Corea impulsaba a todo tren la preparación del lanzamiento del satélite de comunicación experimental “Kwangmyongsong-2”, Estados Unidos y SUS seguidores, tildándolo de “lanzamiento del misil” hicieron todo lo posible para frenarlo.
Sobre todo, Japón declaró como política “interceptar” el lanzado artefacto de Corea y emplazó varios destructores provistos de proyectiles teledirigidos en las cercanías Del Mar de Corea. Corea declaró que si se perpetra la “interceptación” de su satélite de carácter pacífico, propinaría rotundentes golpes de represalia no sólo a los médios interceptores ya emplazados sino también a los objetos importantes. El 5 de abril em Corea el segundo satélite de carácter pacífico despegó de la Tierra para el espacio aéreo.
El Consejo de Seguridad de la ONU, instigado por Estados Unidos, cuestionó El lanzamiento de dicho satélite, derecho indiscutible del país soberano, y procuro aplicarle sanciones, cuando Corea le exigió disculpar pronto de ello. De no hacerlo, advirtió, tomaría adicionales medidas autodefensivas incluso la prueba nuclear, para defender su supremo interés.
Por fin, el 25 de mayo realizó la segunda prueba nuclear. Cuestionándolo, El Consejo de Seguridad de la ONU toma el 12 de junio la “resolución de las sanciones” contra ella, que a su vez, Corea, condenándolo y rechazándolo, declaró que si Norteamérica y sus seguidores intentaran el bloqueo lo consideraría como El desencadenamiento de la guerra y reaccionaría rotundamente en lo militar fortaleciendo aun más la disuasión nuclear. En los primeros días de julio realizó sucesivos ensayos de lanzamiento de los misiles, demostrando que su declaración no era una palabra huera.
La disposición de superduraza de Corea a hacer represalia contra las sanciones y hacer enfrentamiento total al “enfrentamiento” le trajo otra victoria. Sus sucesivas victorias agrandan más el sentido histórico de la victoria del 27 de julio en la guerra.
El 27 de julio se quedará eternamente como el día de la victoria del pueblo coreano.

Comentários

Postagens mais visitadas