Kim Il Sung, abanderado de la lucha por la independencia



El Presidente Kim Il Sung, fundador de la Corea socialista falleció el 8 de julio
de 1994, pero sigue siendo objeto de elogio.


El Presidente Kim Il Sung realizó imperecederas hazañas para la época y la historia enarbolando la bandera de la independencia.
Con menos de 15 años de edad se incorporó a la lucha por la patria y el pueblo. En sus primeros años de la revolución concibió la idea Juche, según la cual las masas populares son dueñas del proceso revolucionario y constructivo y lo impulsan, es decir son dueñas de su propio destino y lo forjan con sus propios esfuerzos.
Esa doctrina puso la revolución coreana en su justa órbita que conduce a la independencia.
Cuando se libraba la lucha armada para sacar a Corea de la ocupación militar japonesa educó a los guerrilleros en el espíritu de no esperar ayudas extranjeras y producir armas y municiones con sus propias manos para combatir a los agresores japoneses.
Los guerrilleros coreanos, bajo el lema de liberar el país con sus propias fuerzas, alcanzaron su objetivo tras una cruenta lucha de 15 años.
Después de la liberación nacional, Kim Il Sung optó por una democracia apropiada para Corea y se opuso a imitar modelos de otros países. También luchó sin descanso por lograr la reunificación del país separado por fuerzas extranjeras.
Durante la Guerra de Corea (1950-1953) contra la agresión armada estadounidense ideó muchos métodos de combate originales, entre ellos los de instalar cañones de tiro directo sobre cimas y abrir túneles en montes como fortificaciones, los cuales permitieron que los combatientes del Ejército Popular de Corea aniquilaran y vencieran al poderoso enemigo.
En la posguerra planteó un nuevo lineamiento económico de priorizar el desarrollo de la industria pesada y, al mismo tiempo, fomentar la industria ligera y la agricultura e instó al pueblo a continuar su camino de la independencia rechazando manifestaciones dogmáticas y serviles a las grandes potencias.
Cuando se pronunciaba por la integración económica entre países socialistas, algunos obligaron a la RPDC a ser miembro del Consejo de Ayuda Mutua Económica, pero Kim Il Sung persistió firmemente en su idea de construir una economía nacional independiente.
A mediados de la década de 1980, cuando se predominaba la tendencia de “reformas” y “apertura” en países socialistas, el Líder coreano hizo que su país nunca abandonara la posición de independencia y enarbolara más la bandera roja. Por eso Corea socialista podía seguir en pie cuando varios países de igual ideal político cayeron.
Kim Il Sung hizo grandes esfuerzos por la independencia del mundo. Aclaró importantes principios al respecto entre otros el de defender la independencia en la lucha por la paz mundial y lograr la unidad de las fuerzas amantes de la paz del mundo para combatir a las agresoras imperialistas, el de luchar promoviendo la unidad y lograr la unidad mediante la lucha. En ocasión de su encuentro con Mitterrand, entonces jefe del Partido Socialista de Francia que visitó a su país en febrero de 1981, expresó que para prevenir una nueva guerra mundial los países europeos no debían integrar ningún tipo de bloque, sino optar por la independencia y neutralidad y ayudar a los países emergentes para que mantuvieran la soberanía y construyeran un Estado soberano e independiente.
Cuando conversaba con Utsunomiya Tokuma, personalidad política japonesa, precisó que los países y continentes debían mantener la posición independiente para preservar la paz en el mundo y que si la Europa y los países asiáticos fueran independientes y Japón y otras naciones desarrolladas se pronunciaran por la independencia, se lograría la paz universal sin duda alguna y añadió que este era su ideal en función de la paz.
Kim Il Sung dio pleno respaldo a la obra de otras naciones contra el imperialismo y por la independencia.
En el período de la Lucha Armada Antijaponesa para lograr la libertad de Corea ofreció una ayuda activa a la revolución china y defendió con armas a la Unión Soviética. Después de la liberación nacional no escatimó nada para apoyar la lucha antimperialista de otros países.
Su gesto solidario con el pueblo argelino que levantó la antorcha de la lucha armada por la liberación nacional en Africa, conocida entonces por región tenebrosa y colonial, queda inscrito en un capítulo importante de la historia de luchas de liberación nacional en el mundo. Los patriotas argelinos, estimulados por la victoria del pueblo coreano en su Guerra de Liberación de la Patria, fundaron un frente de liberación nacional en agosto de 1954 y emprendieron la lucha armada. Kim Il Sung les envió gran cantidad de alimentos y otros recursos y propuso instituir el Día y Semana de Argelia para expresar la solidaridad con su pueblo. Cuando se creó en septiembre de 1958 el gobierno provisional de la República de Argelia la Corea popular fue el primero en reconocerlo oficialmente y establecer relaciones diplomáticas con él.
Sus muestras de solidaridad desinteresada también se reflejan en el triunfo de las luchas de los pueblos de Angola, Mozambique, Zimbabwe y Namibia contra el colonialismo y racismo, las luchas de pueblos latinoamericanos contra el imperialismo norteamericano y la dictadura proyanqui, las luchas de pueblos árabes contra el imperialismo estadounidense y el sionismo israelí y las luchas de Cuba, Vietnam, Laos, Camboya y otros países contra las agresiones estadounidenses.
La bandera de la independencia que Kim Il Sung enarboló sirve como fuente de fuerza y ánimo para el pueblo coreano que obtiene admirables éxitos en la construcción del socialismo manteniéndose firmemente en la posición de independencia y para otros progresistas que batallan por la independencia a nivel mundial.

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