¿Por qué EE.UU. desató la guerra coreana?



Hace más de 60 años, el 25 de junio de 1950, EE.UU., instigando al ejército surcoreano, inició la invasión armada total contra Norcorea (República Popular Democrática de Corea), la denominada guerra coreana (junio de 1950-julio de 1953) más encarnizada en el tiempo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué?
Primero, para implantar su estrategia de dominio del mundo.
En vista de la relevancia geopolítica de la Península Coreana como importante punto militar para el avance hacia el continente asiático, aprovechó el fin de la Segunda Guerra Mundial como una buena oportunidad para acantonar en septiembre de 1945 sus tropas bajo el rótulo de “libertadoras” en Sudcorea. Luego con la fabricación de un gobierno proestadounidense, sometió plenamente a esta en lo político, económico y militar, de un lado y del otro, queriendo “ampliar la esfera ocupada a toda Corea”, no ocultó su intención de agredir a Norcorea. “Siempre reconocí a Corea como una avanzada militar de gran trascendencia”, dijo Douglas MacArthur, el entonces comandante general de las tropas estadounidenses en el Extremo Oriente. Para EE.UU. la Península Coreana era un importante punto estratégico desde donde podía asestar golpes militares a cualquier lugar del Extremo Oriente, un “puente de acceso al continente” para el dominio del mundo y el puñal con el que recortar la “masa de carne” denominada Asia.
Después de la Segunda Guerra Mundial EE.UU. vio en Corea la avanzada donde se enfrentan el capitalismo y el socialismo y un importante lugar en el que el Oriente y el Occidente se enfrentan en lo político y militar. Harry Spencer Truman, el entonces presidente estadounidense, en 1946 definió a Corea como el “lugar de la pugna ideal” de la que dependieran todos los éxitos de EE.UU. en Asia. Y exigió “permanecer en Corea hasta cumplir sus tareas y para esto preparar al apropiado personal y bastante cantidad de fondos”.
Así EE.UU. definió tomar el dominio de toda Corea como su meta principal, estableció la política respecto a la misma y para practicarla se valió de métodos políticos y diplomáticos, optando definitivamente por la invasión armada, o sea un método bélico.
Segundo, la guerra coreana estaba relacionada con la catastrófica crisis económica en la que entonces EE.UU. se encontraba.
En EE.UU. cierto tiempo posterior a la Segunda Guerra Mundial reinó la paz, las armas y otros equipamientos bélicos producidos no fueron puestos en venta, la industria bélica detrecida y el número de los desempleados aumentado; la economía en conjunto pasó pésimas dificultades.
Esta crisis económica iniciada en otoño de 1948 cobró mayor gravedad en 1949 cuando la producción industrial fue disminuida en 15 por ciento en comparación con el año anterior, el precio descendió notablemente, la inversión en los renglones de máquinas y equipos mermada rápidamente y unas 4 mil 600 compañías arruinadas sólo en el primer semestre. Como consecuencia, el número de los desocupados se aumentó en 6 millones y el de los completos se previó crecer en 13 millones. El lucro de los consorcios se redujo de 36 mil 6 cientos millones de dólares en septiembre de 1948 en 28 mil 4 cientos millones en marzo de 1949. Los monopolistas exigieron al gobierno “preparar una nueva y gran aguja de jeringuilla con la que inyectar la nueva vitalidad en la economía”, lo cual empujó a EE.UU. a la militarización de la economía, el aumento del armamento y a la larga, al desencadenamiento de una nueva guerra. La revista británica Economist comentó: “EE.UU. necesitó una oportunidad para superar la crisis y no pudo menos que fabricar una guerra.”
Tercero, también tenía que ver con la crísis en la que se encontraba el gobierno de Syngman Rhee de Sudcorea fabricado por Estados Unidos.
La crísis se caracterizaba por el cataclismo económico, la intensificación de la lucha antigubernamental de las masas, la elevación del afán por la pacífica reintegración nacional, el sistema de gobernación en arruinamiento, etc.
La crísis político-económica en Sudcorea exteriorizada visiblemente desde 1949 llegó al clímax en mayo de 1950.
Como consecuencia de la práctica de la política de esclavización colonial y la preparación para la guerra de EE.UU. de 5 años, el número de las empresas se disminuyó en la primera mitad del año 1949 en 36 por ciento ante 1939. También la economía rural se arruinó y el rendimiento de la cosecha sufrió una reducción de unas 750 mil toneladas en comparación con la preliberación. Para colmo de males, la excesiva emisión de las monedas extremó la inflación monetaria. El precio subió continuamente y la vida poblacional se depauperó hasta no poder más.
Por otra parte la lucha de las masas por la reunificación independiente y pacífica del país cobró mayor fuerza y como efecto de esto, de los parlamentarios salieron los que reclamaban negociaciones con el Norte y otros opositores a Syngman Rhee, a los que se sumaron hasta algunos de derecha, lo cual empujó al gobierno de Syngman Rhee a un callejón sin salida.
En la Historia de la guerra coreana, libro estadounidense se lee:
Conjeturar que la guerra fue última opción del loco Syngman Rhee es completamente racional. El tambaleante gobierno de Syngman Rhee, enfrentado al desmoronamiento económico, el inquieto nacional, la persecución del parlamento de carácter hostil que le hacía en el tiempo posterior a la derrota de mayo (en las elecciones de los parlamentarios efectuadas el 10 de mayo de 1950, por 210 escaños en total, los partidarios de Syngman Rhee ocuparon solo 48) y por último, al hecho de que las personas preferían prestar oído a la convocación a la paz de Norcorea, jugó al azar, empujó al país a la fratricida…
A través de la guerra coreana EE.UU. trató de conseguir un importante punto militar y estratégico para tomar el dominio del mundo, por una parte y por la otra, salvar a sí mismo y sus esbirros caídos en un abismo, lo cual es un hecho histórico innegable.

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