Representacion en Phanmunjom exige revocar "Ulji Freedom Guardian"


Pyongyang (ACNC) -- Pese a la unánime aspiración de los nacionales y extranjeros a la paz de la Península Coreana, Estados Unidos y las autoridades surcoreanas volverán a librar desde el día 16 hasta el 26 que viene los aventureros ejercicios militares conjuntos "Ulji Freedom Guardian".
Con respecto a que se crea otra vez la crisis de guerra en la Península Coreana, la Representación del Ejercito Popular de Corea (EPC) en Phanmunjom remitió el día 7 a EE.UU. y las autoridades surcoreanas el siguiente mensaje abierto que refleja la voluntad unánime del ejército y el pueblo coreanos:
La paz es la fuerte aspiración e invariable demanda de nuestro ejercito y pueblo.
Pero, la situación actual de la Península Coreana esta al borde de guerra tras sobrepasar hace mucho tiempo el inestable marco de armisticio que no significaba la paz ni la guerra.
Esta evolución de la situación es producto de la política hostil a la RPDC de EE.UU., que dice una cosa y hace la otra, y la política conflictiva anti-RPDC de las autoridades surcoreanas que obedecen a ciegas al imperio. Al mismo tiempo, es resultado directo del cada día más agravante belicismo anti-RPDC del circulo militar surcoreano.

"Ulji Freedom Guardian" es la continuación de tal belicismo.
Esta maniobra muy peligrosa se desarrollara según el guión de guerra anti-RPDC enmendado y complementado nuevamente por las fuerzas belicistas de EE.UU. y de la capa militar surcoreana.
Igualmente, tiene el carácter de ejercicio de guerra nuclear total porque se movilizan generalmente modernos equipos bélicos, incluso los renovados medios de ataque nuclear, un gran numero de uniformados agresores y hasta los órganos locales de administración y empresas civiles del Sur de Corea.
Lo peor del caso es que "Ulji Freedom Guardian" se desarrollara a sabiendas de que llegan al clímax la indignación y el animo de venganza de nuestro ejercito y pueblo por las provocaciones de gran envergadura cometidas por belicistas militares surcoreanos.
Dada esta situación grave, bajo la autorización, la Representación del EPC en Phanmunjom presenta a EE.UU. y las autoridades surcoreanas las siguientes demandas de principios:
1. EE.UU. y las autoridades surcoreanas deben mostrarnos la voluntad de desnuclearizar la Península Coreana con su decisión política de suspender los presentes ejercicios militares conjuntos.
Si demandan a la contraparte la acción sincera por la desnuclearización y desarrollan por otra parte los actos de provocación de guerra chantajeándola con el colectivo de portaaviones nuclear supergrande y la aviación de ataque nuclear estratégico, esto significaría ya faltar al principio de acción simultanea hacia la desnuclearización.
La desnuclearización de la Península Coreana no es la de una parte, sino es la comprensiva e imparcial que toma en cuenta hasta la eliminación de amenaza nuclear sobre la RPDC.
El ejercito y el pueblo de Corea no ocultan al mundo que poseen, a diferencia del pasado, el fuerte disuasivo nuclear para la autodefensa.
Y anuncian francamente que están preparados para responder con armas nucleares si el rival les impone la guerra nuclear.
EE.UU. y las autoridades surcoreanas deben conocer bien la situación en cambio y a la contraparte robustecida y demostrar a todo el mundo la voluntad de desnuclearizar la Península Coreana al revocar los presentes ejercicios militares.
2. EE.UU. y las autoridades surcoreanas deben tomar la decisión práctica de sustituir el actual sistema de armisticio de la Península Coreana por el de paz, al suspender los presentes ejercicios bélicos conjuntos.
Son incompatibles la guerra y la paz.
Seria la peor muestra de cinismo político si incurren hasta hoy día en la mala jugada de doble rasero como hablar mucho de la paz y dialogo por delante y preparar la guerra a las espaldas.
La repetición de ano en ano de los actos de provocación de guerra como "Ulji Freedom Guardian" empeorara el ciclo vicioso de desconfianza y enfrentamientos y dará lugar inevitablemente a la guerra.
Serian muy equivocados si piensan que estarán seguros o ilesos el territorio estadounidense y el surcoreano en el caso de que se desate la guerra en la Península Coreana.
Tenemos la convicción y optimismo de que si se desata la guerra en la Península Coreana, perderemos únicamente la línea de demarcación militar y buscaremos la reunificación de la patria, máximo anhelo nacional.
Si EE.UU. tiene de veras la intención de cambiar el actual sistema de armisticio de la Península Coreana por el de paz, debe exponer al interior y al exterior su voluntad practica como gran potencia, al suspender, por lo mínimo, los ejercicios militares conjuntos de este ano.
3. EE.UU. y las autoridades surcoreanas deben expresar oficialmente la voluntad de normalizar las relaciones con la RPDC mediante la suspensión de los ejercicios militares en cuestión.
La normalización de las relaciones comienza por el cese de actos hostiles.
Si hablan hoy de la reconciliación, cooperación y mejoramiento de relaciones y desarrollan mañana los ejercicios bélicos para eliminar a la contraparte, esto será el clímax de la dualidad.
EE.UU. impuso indecibles sufrimientos al pueblo coreano y las autoridades surcoreanas dejaron una herida muy profunda a todos los coreanos al echar a perder la época de reunificación iniciada el 15 de junio.
Sin embargo, el ejercito y pueblo coreanos están dispuestos a sujetar lo todo a la gran empresa por la paz, la reunificación, la reconciliación y la cooperación.
EE.UU. y las autoridades surcoreanas no deben cometer más el error político de malinterpretar tal disposición del ejercito y pueblo coreanos.
En particular, si se toma en cuenta la esperanza del pueblo de que el venidero 15 de agosto (día de liberación de Corea) sea el nuevo punto de viraje en las relaciones intercoreanas, el inicio al día siguiente de los ejercicios militares contra la contraparte (RPDC) significaría la negativa total al mejoramiento de esos vínculos.
Francamente dicho, el que esta apretado por mejorar las relaciones no es la RPDC sino EE.UU. y las autoridades surcoreanas.
La RPDC vino viviendo hasta ahora sin normalizar las relaciones con EE.UU. o las autoridades surcoreanas y seguirá viviendo en mayor prosperidad.
Para normalizar las relaciones RPDC-EE.UU. y las N-S, hay que publicar oficialmente la voluntad de suspender los ejercicios de guerra nuclear que toman al ejército y pueblo coreanos como su blanco.
Son invariables la voluntad y la posición del ejército y pueblo coreanos de responder con intransigencia a "Ulji Freedom Guardian".
EE.UU. y las autoridades surcoreanas deben actuar con prudencia ante la disyuntiva de dialogo o confrontación y de paz o guerra y tomar una opción sensata.
El ejercito y pueblo coreanos esperan la respuesta positiva a sus demandas justas e imparciales.


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