Constitución del Estado en Corea y Kim Jong Suk


Kim Jong Suk (1917-1949) a quien el pueblo coreano califica
como “heroína antijaponesa” no solamente luchó con el fusil en la mano para
liberar el país de la ocupación militar (1905-1945) del imperialismo japonés,
sino que también realizó grandes hazañas en la postliberación en la
construcción de una nueva Patria.
Salió de este mundo hace más de 60 años, a los 32 de edad, pero sus
méritos en el establecimiento del Estado están grabados en el corazón de las
gentes.
Después de la liberación (el 15 de agosto de 1945) se confundió con
diversos sectores del pueblo e hizo activa explicación y divulgación de la línea
de la construcción de una nueva Patria del futuro Presidente Kim Il Sung.
Un día de diciembre de 1945 fue invitada a un simposio organizado por
los funcionarios del Comité Popular de la Ciudad de Chongjin, provincia
Hamgyong del Norte en el noreste de Corea.
Los asistentes al foro quisieron mucho saber de qué tipo sería el Poder
que establecerse en la Patria liberada. En el período de la Lucha Armada
Antijaponesa el promotor de ésta Kim Il Sung presentó una línea de establecer
un gobierno revolucionario popular e instauró un genuino Poder Popular en las
bases guerrilleras y el gobierno revolucionario popular realizo las reformas
democráticas y otras medidas a favor de los habitantes y sirviéndole a toda la
población de la base de responsable de su vida, aseguró la libertad, igualdad y
todas otras comodidades, dijo la heroína, lo cual admiró mucho a los oyentes.
La línea del libertador del país Kim Il Sung de formar una república
popular democrática, continuó, es la de Poder heredero del gobierno
revolucionario popular instaurado en la anterioridad en la base guerrillera.
Para fundar una república popular democrática es preciso hacer con tino la
tarea de agrupar a las gentes, formar un frente unido nacional democrático
integrado de las grandes masas de campesinos, los intelectuales, los
capitalistas nacionales de conciencia y otros sectores y dirigido por la clase
obrera y a base de esto, constituir un Poder Popular, afirmó ella.
También el año posterior a la liberación cuando se realizaban las
primeras elecciones de carácter democrático, la reforma agraria, la
nacionalización de las importantes industrias y otras reformas democráticas,
hizo la labor política entre los obreros, campesinos, mediano y pequeño
empresarios y las mujeres y contribuyó grandemente a la reformación
democrática de la sociedad según la voluntad del Líder Kim Il Sung.
Orientó a los funcionarios de los órganos de Poder Popular a que se
desempeñaran bien como fieles servidores a las gentes.
Un día de mayo de 1946, en compañía del mandatario Kim Il Sung, fue

al comité popular del distrito Junghwa en el suburbio de Pyongyang, donde
advirtió a los funcionarios del lugar que el ayuntamiento distrital del pasado, de
la temporada del imperialismo japonés, fue un órgano que gobernaba a las
gentes con burocracia y arbitrariedad, pero el actual comité popular distrital era
un órgano que defendía consecuentemente el interés del pueblo y sugirió ser
servidores fieles a éste.
Coadyuvó activamente a Kim Il Sung en la tarea de fundar un Poder
Popular y fortalecerlo.
En febrero de 1946 cuando Kim Il Sung, tras de constituir el Comité
Popular provisional de Corea del Norte, redactaba su plataforma, lo ayudó
mucho y también en 1948 en que frente a la fabricación de un gobierno
separado en Corea del Sur por parte de los Estados Unidos, él presentó una
proposición de fundar sin demora una república popular democrática por medio
de las elecciones generales Norte-Sur, lo secundó con afán en la tares de
realizarla.
Además, se encontró frecuentemente a los ex combatientes
revolucionarios antijaponeses que se formarían la médula del gobierno de la
nueva república y las personalidades internas para hacer discusiones en
relación con la fundación de la república y les dio consejos y ánimos.
Su mérito está calado también en la bandera y el escudo de la
República Popular Democrática de Corea.
A mediados de febrero de 1948 se vio con el que se sentía afligido por
no salirle debidamente los dibujos de la bandera y el escudo nacionales y le
advirtió que la bandera y el escudo, tal como Kim Il Sung había enseñado,
simbolizaran que la república que se iba a fundar sería un país soberano e
independiente y a la vez reflejaran bien su carácter y perspectiva de una
república popular democrática y que el coreano era el pueblo con buenos
temple y cualidades, heredero de las tradiciones de la Lucha Armada
Antijaponesa. En la delineación de la bandera y el escudo nacionales, dijo, lo
de especial importancia es lograr que esos símbolos sean aceptables no sólo
por los norcoreanos sino también por los sureños y reflejar bien el gran
propósito de Kim Il Sung de la construcción de una nueva Patria. Kim Il Sung
quiso que de los colores de la bandera el de mayor proporción fuera el rojo que
representa la sangre de los que lucharon por la libertad e independencia de la
Patria y las fuerzas revolucionarias unidas en torno a nuestro Partido, destacó y
enfatrizó que no se debería olvidar nunca de dibujar en la bandera y el escudo
la estrella que simboliza las brillantes tradiciones establecidas por Kim Il Sung
en el fragor de la revolución antijaponesa y el porvenir de la Patria. Cuando
Kim Il Sung, viendo el proyecto del dibujo del escudo había dicho que no le
gustaba el alto horno y lo cambiara por algo que simbolizara la electrificación,
presentó la opinión de representar una planta, haciendo posible perfeccionar el

escudo como el actual con la central hidroeléctrica y la torre de alta tensión.
Los méritos Kim Jong Suk realizados en la construcción del país
perdurarán junto con la Corea socialista próspera.

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