Fuerza de Corea




La República Popular Democrática de Corea no es un país grande en extensión ni en población, pero tan poderosa que ninguno se atreve a agredirla.

Su fuerza la representa precisamente su eminente Dirigente.
Su ardiente amor al pueblo lleva al nivel más alto su unidad monolítica que constituye el primer factor que garantiza las potencialidades de ese país.
La mencionada unidad tradicional, formada por el Presidente Kim Il Sung, fundador de la Corea socialista, y afianzada por el Dirigente Kim Jong Il, ha llegado a una fase superior gracias a Kim Jong Un, Máximo Dirigente y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea, cuyas nobles virtudes conmueven al pueblo.
El primer día del Año Nuevo visitó una división Guardia del Ejército Popular de Corea. En el cuartel midió en persona la temperatura; en el cuarto de aseo tanteó la temperatura del agua calentada por un dispositivo solar térmico; en el comedor, aunque le recordaron que ya era la hora de abandonarlo continuó su recorrido para conocer hasta los últimos detalles de la vida alimentaria de los militares, interesándose incluso por el color y sabor de la salsa de soya como si fuera su propio padre carnal; y cuando se fotografiaba junto con ellos apretó firmemente las manos de los vecinos más cercanos, demostración ante el mundo de sus nobles cualidades como el padre de los militares y el centro de la unidad de la sociedad coreana.
No es casual que el ejército y pueblo de Corea depositen por entero su destino y porvenir en Kim Jong Un y se unan más compactamente a su alrededor.
Su política de Songun (priorizar asuntos militares) incrementa las potencialidades militares de Corea.
La idea Songun concebida por el Presidente Kim Il Sung y enriquecida y desarrollada por Kim Jong Il, continúa y se lleva adelante por Kim Jong Un, quien orienta desde hace mucho el conjunto de la defensa nacional. En ocasión de sus visitas de trabajo a muchas unidades del Ejército Popular procuró lograr primero que todos los militares estuvieran dispuestos a consagrar sin titubeo hasta su vida para el país y el pueblo. Con frecuencia presenció sus ejercicios militares, para que los intensificaran para poder anonadar de un golpe a cualquier provocación enemiga.
Hay que destacar su primera visita de inspección de este año a la División Guardia de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su del Ejército Popular de Corea, unidad importante, a la que Kim Il Sung prestó especial atención desde que preparaba una fuerza armada regular, y Kim Jong Il visitó el 25 de agosto de 1960, como primer paso de su dirección de Songun. Esa visita hace vislumbrar su disposición a mantener firmemente la tradición de Songun al conducir el proceso revolucionario.
Su fe patriótica hace de Corea un país socialista, poderoso y próspero, que impulsa la construcción de la economía del conocimiento apoyándose en la sólida soberanía económica ya lograda.
En la actualidad todos los sectores de la economía de Corea se modernizan y basan en conocimientos. Toda la industria mecánica se dota con máquinas herramienta de CNC de su propia producción. En el sector de la industria metalúrgica se ha establecido un original sistema de producción de hierro sin uso del coque y chatarra y en el de la química se registran admirables éxitos como la producción en gran cantidad de vinalón y fertilizantes a partir de las materias y combustible nacionales. Las plantas de industria ligera, dotadas con equipos de último tipo, se modernizan, y se aplican el sistema de producción circular en cadena agricultura-ganadería, el método de cultivo orgánico, etc., llevando la producción agrícola a elevados niveles científicos.
La tecnología más básica y otras ingenierías importantes se desarrollan con rapidez facilitando la aplicación de conocimientos en la economía. Corea alcanza niveles mundiales en la geotermia y energía solar, producción y lanzamiento de satélites artificiales de la Tierra, tecnología nuclear.
La economía coreana, en estrecho ligazón con las ciencias y la tecnología, se desarrolla vertiginosamente, lo cual se debe a Kim Jong Il que se consagró con toda su entrega personal a la construcción de una gran potencia socialista próspera realizando muchos viajes de trabajo. El definió hacer una revolución industrial para la nueva centuria como la línea estratégica para la construcción de una potencia económica y cumplió un apretado programa de visitas de trabajo a diferentes sectores para impulsar la construcción de un Estado poderoso y próspero y el fomento del bienestar del pueblo, hasta fallecer en el tren en que viajaba.
Cumplir fielmente su legado de lograr que su pueblo lleve una vida feliz sin tener nada que envidiar a nadie y su país socialista sea una potencia próspera, es la férrea voluntad de Kim Jong Un. El pueblo coreano, guiado por éste, se alzó con bravura en el empeño para abrir lo más pronto posible la puerta del Estado poderoso y próspero y realiza cada día mayores innovaciones y proezas laborales.
El pueblo coreano con Kim Jong Un al frente de la revolución logrará victorias tras victorias.

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